Una novela sobre el futuro lejano para entender el presente. Una distopía que nos enfrenta a nuestra realidad como seres humanos.
La nave seis mil lleva meses orbitando alrededor del planeta Reciente Descubrimiento. En su tripulación hay humanos y humanoides, los nacidos y los fabricados. Fruto de la exploración de uno de los valles del planeta, la tripulación introduce en la nave unos extraños objetos, y algo inquietante sucede cuando entran en contacto con ellos: los humanos empiezan a sucumbir a un sentimiento de pérdida y nostalgia por lo que dejaron atrás en la Tierra, mientras que los humanoides desarrollan un desasosegante anhelo por aquello que no son.
Unos y otros, humanos y humanoides, nacidos y fabricados, empiezan a hacerse preguntas sobre la misión, sobre el orden establecido y sobre sí mismos. Todos son convocados por una comisión para dar testimonio sobre lo que está ocurriendo en la nave. Así es como está estructurada la novela: una sucesión de declaraciones en torno a los extraños sucesos que están aconteciendo y alterando la misión. Y todos, tripulantes y comisión, acabarán viéndose abocados a tomar decisiones drásticas…
Con ecos acaso de Solaris, esta novela, como la del maestro Stanisław Lem, va mucho más allá de la ciencia ficción pura. Es una reflexión sobre el sistema de trabajo, la explotación laboral, el control, las relaciones sociales y los roles sexuales. Pero es sobre todo una indagación en aquello que nos hace emocional y ontológicamente humanos.
Olga Ravn ha escrito una parábola ambientada en un futuro lejano y un planeta remoto que, a través de la ciencia ficción, aborda temas muy actuales y muy cercanos.
«Tiene todo lo que busco en una novela. Me obsesionó de la primera página a la última. Una exploración de la humanidad extraña,
hermosa, provocativa y profundamente inteligente. Una obra de arte inquietantemente buena» (Max Porter).
«Bella, siniestra, fascinante. Un puzzle seductor que nunca puedes acabar de resolver» (Mark Haddon).
«Ravn siembra su relato de reflexiones directas y alegóricas sobre el transhumanismo, la desaparición de la naturaleza y las ambigüedades de lo corporal… Tiene una energía enfermiza y ansiosa totalmente propia» (Brian Dillon).